La Navidad que me perdí en Burkina Faso

Este año la Navidad me la perdí. Al menos tal cual la conocemos en España: la fiesta de comer hasta hartarse (en breve las revistas de belleza nos dirán como perder esos kilitos de más), de encontrarse a la mesa los más suculentos manjares y de gastar y gastar en regalos, para la noche del 24, el amigo invisible, la cena de empresa, la comida con los compañeros de clase, la fiesta de año nuevo y los Reyes Magos (que piden unas comisiones que no veas…). Ya sabía que ocurriría cuando el 12 de noviembre compré el billete de avión que me traería a Uagadugú (estoy segura que ya sabéis pronunciarlo 😉 ).

20141220_191311La manga corta y el sol me han hecho olvidar que nos encontrábamos en estas fechas. Se me ha olvidado que era diciembre y que en el norte os estáis congelando de frío (aquí sólo por las noches). Pero pequeños detalles en la capital burkinesa han recordado que es Navidad. A los puestos de la calle que venden frutas, colchones, sofás, mosquiteras, ropa y utensilios varios se han unido las tiendas de luces de colores parpadeantes, los pinos navideños artificiales en diversos tamaños, las guirnaldas, los belenes y hasta ‘papanoeles’ hinchables. En las noches han sido más visibles aún, aunque a veces las he confundido con esos carteles que también parpadeando te indican “Tienda de alimentación”. Las grandes instituciones como los bancos también se han iluminado en el centro de la ciudad por las noches recordando este tiempo navideño aunque no nieve ni tan siquiera haya la mínima probabilidad de que suceda.

Escribo esta entrada a petición de varias personas que me han preguntado, ¿Allí se celebra la Navidad? ¿Cómo se celebra?

La Navidad se celebra en todo el mundo. Es una fiesta religiosa que festeja el nacimiento del niño Jesús, aunque ya pocos se acuerden o lo dejen en un segundo o tercer plano, o sólo aparezca en los villancicos. Así que todos los cristianos del planeta la celebran. En Burkina Faso el 23% de la población celebra la navidad porque es ese el porcentaje de cristianos que hay en este país africano. En torno al 60% es musulmana, el 15% profesa religiones tradicionales africanas y el resto otras religiones o ninguna. Pero aquí todo el mundo respeta las creencias de los demás y las fiestas de los unos y los otros.

Con algunos de esos pertenecientes al 23% pasé los días 24 y 25 de diciembre. Un amigo me invitó a su pueblo con su familia. La noche del 24 la pasamos como cualquier noche, nadie diría que era Navidad. Me contó que cuando era pequeño su familia compraba un cordero y lo hacían por la tarde/noche del 24 pero como ahora no había dinero habían decidido comprar una cabra para comer el 25 e invitar a cualquier persona que viniera a saludar y desear felices fiestas a la casa.

“Este año no hay dinero”, me dijo su hermano mayor, “el mercado está más vacío que otros años”. Los días anteriores a esta fecha las peluquerías estaban a rebosar, por el día y por la noche. Algo que me ha sorprendido tanto en Senegal como en Burkina Faso es que los horarios comerciales son relativos y la peluquería puede estar abierta después de la cena. El día 25 es un día especial así que se visten con un traje confeccionado con motivos navideños y salen al mercado. Es el lugar de reunión. También los niños, reunidos en pandillas y con su traje recién salido del taller (aunque no todos), se pasean mientras se desean Feliz Navidad.

20141205_103038Aquí también tienen una misa del gallo pero no es a las doce. Y la mañana del 25 de diciembre celebran una gran misa en la que cantan un montón y acude muchísima gente. Dura unas tres horas. Toda una fiesta. El 25 se convierte en el día de las visitas, algunas vienen a comer lo que se haya preparado en la casa y otras vienen con alguna comida que ofrecen a la familia. A mí me regalaron una perdiz que matamos y me comí aquel mismo día.

La nochevieja no se conoce con ese nombre pero, al igual que en otras partes de Europa, para cenar se reúnen los amigos y luego salen de fiesta. No es tan familiar como en España. Aquí, además, el primer día del nuevo año como el día de Navidad visitan a los familiares que vivan en la misma ciudad o pueblo que ellos y a los amigos que les ofrecen para comer y beber, y se desean salud y que los negocios marchen bien, entre otros. Un detalle, aquí no celebran con dulces, ni polvorones, ni bombones, tampoco hojaldres me encontré.

No hubo uvas para mí aquella noche del 31 de diciembre. En lugar de eso poco después de las las once, -doce en España- recibí una grabación de voz por Whatsapp con las campanadas que seguían con mucha gente gritando “¡Feliz año nuevo María!” La familia, acordándose de mí los primeros minutos del año 2015. Eso tiene que dar más suerte que comerse las doce uvas. No obstante, yo también me comí doce. Doce trocitos de papaya. Serían las 12 del medio día pasadas, 1 de enero. Las uvas no son tan fáciles de encontrar por aquí y el tiempo en África funciona de otro modo. Así que, de un modo u otro, vino a ser lo mismo. ¡Por un feliz 2015!

Finalmente llegó el 5 de enero y la noche de Reyes. Ni tan siquiera me di cuenta hasta que, como comenté por Facebook (y lo vuelvo a contar para aquellos que no me sigan por esa red social), mi familia comenzó a decir por el grupo de Whatsapp que era hora de acostarse porque si no los Reyes Magos no venían. “Los Reyes Magos no vienen a África. Cuando éramos pequeños nos engañaron ¡Qué frustración!”, les dije. Los Reyes Magos son tradición española.

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Al día siguiente, en torno a la una de la tarde (dos en España) me encontré sobre mis zapatos una camiseta bien colocada del capitán Thomas Sankara (véase la entrada en este blog ‘Mi amor platónico’) y una nota escrita en francés que decía:

 

«Querida María,

No sabíamos que estabas en África. Ayer pasamos por Baza y no vimos tus zapatos para dejar tu regalo.

Perdona el retraso.

En nombre de los Reyes Magos,

Baltasar

Esta fue, en resumen, la Navidad que me perdí en Burkina Faso aunque parece ser que perdérsela y perderse no es tan sencillo.

Un comentario en “La Navidad que me perdí en Burkina Faso

  1. Mónica dijo:

    Feliz AÑO María!!! mis mejores deseos para este 2015! y que sigas cumpliendo tus sueños.
    Muchas gracias por contarnos como se celebran allí las Navidades!!!

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